Thank you all for your continued prayers and best wishes for my recovery for my June 5 ankle replacement surgery. Every day is a little bit better. Even though it is still summer, the return to school signals that fall is very close.
I pray for all our students returning to school and for those who teach and form them into witnesses of Christ in their lives.
The National Eucharistic Congress, which just concluded, focused on the gift of the Eucharist – the body, blood, soul and divinity of Christ in the form of bread and wine. Our Gospel readings these weeks also focus on the Eucharist.
Father Solyntjes/Divine Mercy Parish
We are now reading from the Gospel of John. At this point in the liturgical year, the church brings us the “Bread of Life Discourse” for five consecutive weeks. We have time to ponder this great gift of the Bread of Life that Jesus gives us in the Eucharist.
The discourse (or teaching) started with the Gospel reading from John 6:1-15 describing the miracle of the loaves and fishes that Christ provides for his followers.
“I am the bread of life; Whoever comes to me will never hunger, and whoever believes in me will never thirst.”
We also recall the connection of our reading from Exodus when Israelites first received manna from heaven, or bread from heaven. We are challenged “not to work for food that perishes, but for the food that endures for eternal life.” We believe that is the Eucharist that we as Catholics receive and worship every Sunday.
The five weekends of the discourse are to deepen our understanding that Jesus is truly the Bread of Life for us. He is our food for our journey to heaven. I encourage you to meditate upon Christ’s teachings on the Eucharist. They are uniquely Catholic and so important to our faith. Others do not believe the Eucharist is truly the Body of Christ. They think it is merely a symbol. We do not believe it is just a symbol. It is the real presence.
Jesus asks Simon Peter if he believes. He also asks each of us, “Do you believe I am the real bread come down from heaven?” Are we convinced that Christ is God present in the Eucharist? Truly present in the tabernacles of Catholic churches around the world? As we proudly say, “Amen,” upon receiving the Eucharist, we profess our belief that it truly is the body of Christ, not a symbol.
Again, I pray that in these remaining weeks of summer, your summer activities and travels be enjoyable and fruitful. May you have a blessed new school year. I will keep you all in my prayers.
I do thank you all for your prayers and inquiries regarding my recovery from ankle surgery. I am doing well and I hope to receive the “green light” to drive again very soon. As August is upon us, I look forward to another National Football League season. Go Broncos!
Your brother in Christ, Bishop Walker Nickless Diocese of Sioux City
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Gracias a todos por sus continuas oraciones y sus mejores deseos para mi recuperación de la reciente cirugía del reemplazo de tobillo que me realizaron el 5 de junio. Cada día me siento poco mejor, y aunque todavía nos encontramos en verano, el regreso a las clases indica que el otoño está muy cerca.
Rezo por todos nuestros estudiantes que estarán regresando a la escuela, y por quienes los enseñan y los forman para que sean testigos de Cristo en sus vidas.
El Congreso Eucarístico Nacional, que acaba de concluir, se centró en el don de la Eucaristía: el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Cristo en forma de pan y vino. Nuestras lecturas del Evangelio de estas semanas también se centran en la Eucaristía.
Ahora estamos leyendo el Evangelio de Juan. En este punto del año litúrgico, la iglesia nos trae el “Discurso del Pan de Vida” durante cinco semanas consecutivas. Tenemos tiempo para reflexionar sobre este gran don del Pan de Vida que Jesús nos da en la Eucaristía. El mensaje (o enseñanza) comenzó con la lectura del Evangelio de Juan 6:1-15 que describe el milagro de los panes y los peces que Cristo provee para sus seguidores.
“Yo soy el pan de vida; el que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.”
Nosotros también recordamos la conexión de nuestra lectura del Éxodo, cuando los israelitas recibieron por primera vez el maná o pan del cielo. Se nos desafía a “no perecer por el alimento que muere, sino por el alimento que permanece para la vida eterna.” Creemos que esa es la Eucaristía que nosotros, como católicos, recibimos y adoramos cada domingo.
P. Mauro Sánchez, Rock Valley
Los cinco fines de semana del mensaje son para profundizar en nuestra comprensión de que Jesús es verdaderamente el Pan de Vida para nosotros. Él es nuestro alimento para nuestro viaje al cielo. Los invito a meditar sobre las enseñanzas de Cristo sobre la Eucaristía.
Son exclusivamente católicas y muy importantes para nuestra fe. Otros no creen que la Eucaristía sea verdaderamente el Cuerpo de Cristo. Piensan que es meramente un símbolo. Nosotros no creemos que sea sólo un símbolo. Es la presencia real.
Jesús le pregunta a Simón Pedro si cree. También nos pregunta a cada uno de nosotros: “¿Crees que yo soy el verdadero pan bajado del cielo?” ¿Estamos convencidos de que Cristo es Dios presente en la Eucaristía? ¿Verdaderamente presente en los tabernáculos de las iglesias católicas de todo el mundo?
Al decir con orgullo “Amén” al recibir la Eucaristía, profesamos nuestra creencia de que verdaderamente es el cuerpo de Cristo, no un símbolo.
Nuevamente, rezo para que en estas semanas que quedan del verano, sus actividades y viajes de verano sean agradables y fructíferos. Que tengan un bendecido nuevo año escolar. Los mantendré a todos en mis oraciones.
Gracias a todos por sus oraciones y preguntas sobre mi recuperación de la cirugía de tobillo. Estoy bien y espero recibir la “luz verde” para volver a conducir muy pronto. Como el mes de agosto está a la vuelta de la esquina por terminar, espero con ansias otra temporada de la Liga Nacional de Fútbol Americano. ¡Vamos Broncos!
Su hermano en Cristo,Obispo Walker Nickless Diócesis de Sioux City